martes, 27 de octubre de 2015

Una boda muy auténtica en plena Sierra. Boda de José & Noemí



Boda José & Noemí. 

Sí, queremos! …pero en el campo, en el cortijo de Vites donde se casaron los padres de José, y sus abuelos también. Donde pasamos siempre nuestras vacaciones, donde somos muy felices, donde nos olvidamos de todo, donde pasamos horas y horas disfrutando del fresquito de la sierra de Jaén, de su naturaleza, su paisaje, donde cocinamos migas y embutido, donde cada día despertamos con el canto del gallo.
Así decidieron José & Noemí dar el paso…

De repente Paula y yo nos íbamos a montar una boda en medio de la Sierra de Cazorla, en Jaén, a finales de junio con todo el calor del sol pero también el fresquito de la noche que nos obligó a sacar las chaquetitas y las mantas. En un lugar recóndito pero de verdad, donde llegar sin gasoil con las furgonetas no era una buena idea. Desconectamos del mundo, de nuestra oficina, incluso sin cobertura en el móvil… aquello era realmente auténtico, habíamos aterrizado en un lugar con mucha historia, lo que para nosotras era una auténtica joya y ahora os contamos porqué.


José & Noemí eran unos novios extremadamente divertidos y alegres, todas nuestras conversaciones eran en clave de humor, fue muy fácil trabajar con ellos, organizar su boda ha sido realmente divertido. No tenían nada en mente y no sabían por donde empezar, en un lugar donde no había nada teníamos que diseñar su sueño y había que hacerlo realidad.

En la segunda reunión parecía que los conocíamos de siempre, son transparentes, sencillos y muy divertidos, con un toque muy auténtico y personal. Su boda iba a ser, sobre todo, muy auténtica.




Todavía recordamos al llegar al cortijo el gran recibimiento de las dos familias de los novios, parecía que íbamos a organizar una boda griega, fue una experiencia de convivencia que no olvidaremos jamás. Desayunábamos juntos y nos poníamos en marcha, trabajando duro en el campo todos para la boda, pero entre risas, historietas, y algún sobre salto buscando en el pajar.. jajaja, ¡pero qué grandes tesoros encontramos!

Junto a la floristería Ruralzona, de Inma Lozano, que entendió perfectamente nuestra idea, decoramos piezas auténticas de mimbre que encontramos en el cortijo, así como una pérgola con troncos del cortijo.





Queríamos aprovechar cualquier elemento propio del lugar, incluso un montón de leña desordenado y enorme fue objeto de decoración a petición de nuestros novios.

“La Enriqueta”, una vecina con muchas historias que contar, nos suministraba Actimel para coger fuerzas durante los montajes,  aunque la mancheta de cerveza y las buenas comilonas hicieron un buen papel.  Bajo 38 grados al sol montamos una ceremonia acogedora, orientada a las montañas justo a la hora en que el sol las hacía cambiar de color, con elementos auténticos del lugar, con olor a campo, y sobre todo,  diseñada para emocionar.

La escenografía de la ceremonia fue tal y como ellos imaginaban, una pérgola diseñada con leña, telas, y elementos de decoración del famoso pajar… Una ventana abierta al paisaje que se divisaba desde la “Era” , una mesa de madera vintage, de color azul, que pertenecía a los vecinos hizo de apoyo al puro estilo campestre que todos imaginamos.


















Todo estaba pensado para que los invitados vivieran una experiencia de boda diferente, era como retroceder en el tiempo y asistir a la boda de tus abuelos. Pero no podíamos olvidarnos del photobooth , una idea actual, al que había que darle ese toque auténtico que habíamos conseguido.
Un tractor traído de otro cortijo con escopetas, cestos, sombreros de paja, y otros objetos que dieron mucho juego. Nos encantó ver las fotos que hicieron los invitados a través de instagram.

 


Un seating que sorprendió, cada diana era una mesa y cada flecha un invitado. Conseguimos que las dianas quedaran suspendidas en el aire desde un árbol, fue un toque original a pesar del rato que nos hicieron pasar los mosquitos mientras las montábamos, jaja…


En las mesas no faltó detalle, se siguió el protocolo que establecieron los novios, todos los invitados tenían su nombre en la minuta, cada uno ocupaba su asiento según el criterio de los novios… fue todo un acierto.
Los centros de mesa cruzaban a lo largo de estas con un toque muy campestre gracias a la combinación de espigas, frutas de temporada como la uva y mucho verde! Nos encanta esta combinación.


Y os mostramos también el detalle del ramo de la novia, diseñado por la Rosa Blanca, que Noemí se llevó desde Castellón a Jaén. Un ramo de flores secas, totalmente silvestre y con un toque de campo-bosque que nos encanta. 


















En este año lleno de bodas y otros eventos miramos atrás y vemos esta boda como unas pequeñas vacaciones en el campo. Fueron 5 días de mucho trabajo pero con historias que nos gustaría contar, entre rebaños, gallinas, vecinos entrañables, comidas caseras que dejaron huella en nuestro body .. jajaj.. anécdotas familiares, diversión, y sobre todo una gran conexión con nuestros novios.

María Meseguer





Fotos: Juan Gavira




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